La derecha, que en las elecciones parlamentarias del año pasado le quitó la mayoría en ambas cámaras al gobierno y a sus aliados, y esperó construir una aplanadora en el Congreso para ir preparando un golpe de Estado institucional que acorralase a la presidenta Cristina Fernández, la desestabilizase, como hizo la democracia cristiana en Chile con Salvador Allende, y eventualmente la obligase a renunciar, está recogiendo decepción tras decepción, en parte debido a las iniciativas gubernamentales, en parte por los efectos de la crisis internacional sobre la economía argentina.
La derecha, para imponerse en ambas cámaras necesita también arrastrar tras de sí los pequeños bloques de los partiditos y agrupaciones de centro y hasta de centroizquierda, que se unen a ella por odio al gobierno, como los socialdemócratas de derecha que controlan la rica y populosa provincia de Santa Fe y la mayoría del Partido Socialista, o como el grupo centrista de Pino Solanas-Claudio Lozano (Proyecto Sur). Ahora bien, la histórica división del peronismo es ahora un factor de división de la derecha y no del gobierno kirchnerista porque la extrema derecha peronista (desde el ex presidente Carlos Menem, pasando por el ex gobernador santafesino Carlos Reuteman y el fascista ex gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Sáa y llegando hasta el narco-fascista Francisco de Narváez y el semifascista gobernador de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri) odia al kirchnerismo y a la base político social del mismo (
Aprovechando esta fragmentación, que hasta ahora ha impedido a la derecha social formar un solo bloque político y encontrar un líder, el gobierno ha favorecido a las provincias y financiado en ellas importantes obras, lo cual quita entusiasmo opositor a los gobernadores no kirchneristas, ha concedido 65 dólares mensuales por cada hijo menor, fomentando la escolaridad, ha impuesto contra viento y marea su ley de medios, lucha con la misma decisión contra las trabas clericales y oscurantistas que existen en la sociedad y, sobre todo, ha hecho promulgar una ley que establece la obligatoriedad de elecciones internas en los partidos para elegir el año próximo sus candidatos para las cámaras, las gobernaciones, las municipalidades y la presidencia de
Para colmo, la derecha le apostó a la crisis, a la desocupación y al hambre, esperando que desgastasen al gobierno. Pero, a diferencia de otros países, hasta ahora la crisis no afectó demasiado al país, donde la desocupación disminuye, los salarios reales se mantienen o aumentan, la producción industrial, la construcción de viviendas de lujo o de segunda habitación y las obras públicas van viento en popa y la producción de autos, para exportar a Brasil, bate récords históricos. Por si eso fuera poco, acabada la sequía, se obtuvieron cosechas extraordinarias (y exportaciones sin precedentes, sobre todo a China), de modo que la reserva de divisas supera los 50 mil millones de dólares (no obstante la repatriación de buena parte de la deuda, pagándola con ellas) y el Estado tiene ingresos enormes en las recaudaciones y en la balanza de pagos a pesar del aumento de las importaciones.
Para muestra basta un botón: la cosecha gruesa en la provincia de Córdoba rindió 22.2 millones de toneladas de granos (el récord nacional había sido 23.8 en el ciclo 2007-2008) por un valor de casi 7 mil millones de dólares, casi mil millones más que en la cosecha anterior. Eso significa que los pequeños propietarios que rentan sus tierras y se han ido a las ciudades seguirán comprándose autos de lujo y departamentos. Córdoba es sólo una de las provincias cerealeras, y no la más grande, pues Buenos Aires y Santa Fe son aún más ricas. Esa prosperidad impulsa la producción de maquinaria e insumos, da trabajo en pueblos y ciudades, aumenta el consumo interno… y otorga divisas para la política distributiva del gobierno en este periodo preelectoral, al mismo tiempo que les quita combatientes posibles a los líderes sociales de la derecha en "el campo" (o sea, a los fideicomisos soyeros, a los terratenientes de
Guillermo Almeyra es miembro del Consejo Editorial de SinPermiso
No hay comentarios:
Publicar un comentario